Como ocurre con las cubiertas, las fachadas de panel sándwich son el producto estrella para este tipo de cerramiento, ya que además de evitar la entrada de agua y aire al edificio se aporta un extra de aislamiento térmico. La estética y versatilidad de este material lo hace ideal para fachadas industriales o comerciales.

Se compone de dos chapas de acero con un núcleo de aislamiento que varía en material y espesor según las necesidades. Dicho aislamiento puede ser de espuma de poliuretano rígida o de lana de roca y los espesores oscilan entre 35 y 100 milímetros, dependiendo del grado de aislamiento que se quiera conseguir.

Como ya se ha comentado, el grado de personalización del panel es muy amplio. A banda de la elección del espesor del aislamiento, también se puede elegir el tipo de resistencia al fuego del mismo, el espesor de las chapas para conseguir mayor resistencia mecánica y el color de ésta (blanco, rojo, verde, negro, azul, marrón, imitación madera, etc.).

En construcciones con distancia entre apoyos de hasta 8 metros se puede instalar este tipo de fachadas sin la necesidad de tener una estructura auxiliar. El sistema consiste en la colocación de bandejas autoportantes de chapa de acero, que se colocan entre los pilares (apoyos) y serán la “estructura auxiliar” de la fachada final, de panel sándwich o de chapa simple (en este caso se coloca una manta de fibra de vidrio o lana de roca entre la bandeja y la chapa).

Como en todos los cerramientos metálicos, se dispone de un amplio abanico de personalización de acabados: colores, espesor del material, tipo de aislamiento, etc.